
Desde pequeño he escuchado que la transición española a la democracia desde la dictadura había sido ejemplar. Que todo el mundo se fijaba en nuestro país como modelo para conducir sus dictaduras a modernas democracias. En estos días nos damos cuenta que no todo es verdad. Parece que la transición fue un éxito porque la democracia llegaba a todos con una gran hipoteca: que no se persiga a los asesinos, al régimen anterior, a tantos asesinos, que nos olvidaramos del dolor de las personas, del genocidio vivido en nuestro país durante más de 40 años... Ahora que Garzón ha querido condenar el régimen y su dictador, se convierte de Juez Ejemplar en un criminal, se le quiere juzgar como a un terrorista de los que matan seres humanos, como a violadores, corruptos y asesinos. ¡Qué vergüenza! Es un insulto a los españoles, a la democracia y a la justicia. Escribo y cuanto más lo hago más sube mi indignación.
Ha sido denunciado por las mismas camisas azules que en el año 1936 asesinaron a tantas familias inocentes en este país. Son los mismos camisas azules que han asesinado a inocentes españoles durante 40 años, son los mismos falangistas que han vulnerado derechos humanos después de la cruenta guerra civil, que impedían que este país tuviera derechos a golpe de pistola y tiro en la nuca. Estos falangistas que aprietan el gatillo no son diferentes a los asesinos de Miguel Ángel Blanco. Al igual que éstos apretaron el gatillo delante del indefenso Miguel Ángel, éstos cometían sus asesinatos amparados en la dictadura de Franco y aquellos que le apoyaban.
Pues bien, los herederos de estos asesinos son los que hoy interponen una denuncia contra Garzón para que no se condene “moralmente” a sus padres y abuelos, asesinos de profesión.
España se debe rebelar en la calle, en los periódicos, en la escuela, en el trabajo. España y los españoles no deben consentir esto.
Yo apoyo a Garzón, estoy en contra de los falangistas, destesto su ideología y sus crímenes. Rebélate y manifiéstate a favor de Garzón.