sábado, 10 de abril de 2010

La imagen de nuestra Democracia arruinada Internacionalmente.


Escucho a Sabina, pero mi cuerpo se siente incómodo. No por la música, sino por lo que está ocurriendo con Garzón. Hace unos días escribí sobre el injusto proceso penal abierto contra él. Hoy sigo indignado, mejor dicho, me siento avergonzado. Avergonzado de una democracia que  quiere juzgar a un Juez que supone un ejemplo para todos. Hemos sentido orgullo cuando leíamos, escuchábamos y veíamos la televisión, en grandes titulares, Garzón persigue a la dictadura argentina y chilena, a sus responsables, a Pinochet... Qué grande es España, me siento orgulloso de vivir en un país civilizado y moderno que persigue los genocidios. En cambio desde la distancia hemos observado con sorpresa cómo en esos países se ponían trabas para que Garzón persiguiera a Pinochet, nos parecía más propio de un país tercermundista y claro, pensábamos, eso es imposible que ocurra en España. Imposible porque España es una democracia fuerte, madura, plural y justa, incapaz de reaccionar de esa manera ante tal injusticia. Nos equivocábamos. Estábamos equivocados.
Desde pequeño he escuchado que la transición española a la democracia desde la dictadura había sido ejemplar. Que todo el mundo se fijaba en nuestro país como modelo para conducir sus dictaduras a modernas democracias. En estos días nos damos cuenta que no todo es verdad. Parece que la transición fue un éxito porque la democracia llegaba a todos con una gran hipoteca: que no se persiga a los asesinos, al régimen anterior, a tantos asesinos, que nos olvidaramos del dolor de las personas, del genocidio vivido en nuestro país durante más de 40 años... Ahora que Garzón ha querido condenar el régimen y su dictador, se convierte de Juez Ejemplar en un criminal, se le quiere juzgar como a un terrorista de los que matan seres humanos, como a violadores, corruptos y asesinos. ¡Qué vergüenza! Es un insulto a los españoles, a la democracia y a la justicia. Escribo y cuanto más lo hago más sube mi indignación. 
Ha sido denunciado por las mismas camisas azules que en el año 1936 asesinaron a tantas familias inocentes en este país. Son los mismos camisas azules que han asesinado a inocentes españoles durante 40 años, son los mismos falangistas que han vulnerado derechos humanos después de la cruenta guerra civil, que impedían que este país tuviera derechos a golpe de pistola y tiro en la nuca. Estos falangistas que aprietan el gatillo no son diferentes a los asesinos de Miguel Ángel Blanco. Al igual que éstos apretaron el gatillo delante del indefenso Miguel Ángel, éstos cometían sus asesinatos amparados en la dictadura de Franco y aquellos que le apoyaban.
Pues bien, los herederos de estos asesinos son los que hoy interponen una denuncia contra Garzón para que no se condene “moralmente” a sus padres y abuelos, asesinos de profesión. 
España se debe rebelar en la calle, en los periódicos, en la escuela, en el trabajo. España y los españoles no deben consentir esto. 
Yo apoyo a Garzón, estoy en contra de los falangistas, destesto su ideología y sus crímenes. Rebélate y manifiéstate a favor de Garzón.