Son malos tiempos los
que corren para la administración mas cercana que tienen los
ciudadanos, los ayuntamientos. Cuando un vecino tiene un problema
acude siempre a su ayuntamiento para resolverlo, tenga la competencia
o no, pero confía plenamente que su problema podrá ser resuelto por
su alcalde o por el concejal de turno.
Pero los ayuntamientos
tienen una deuda histórica pendiente de cobrar desde el 3 de abril
de 1979, fecha de constitución de los ayuntamientos democráticos.
Han pasado casi 34 años y los ayuntamientos en España aún no
tienen una ley de financiación local que permita prestar los
servicios públicos básicos. Es mas, los ayuntamientos en España lo
pasan muy mal para llegar a final de mes, dado que tienen muchas
competencias y no tienen financiación por parte del Estado. Ha
llegado la hora que los alcaldes, concejales y ciudadanos levantemos
la voz para exigir una ley de financiación local que posibilite que
en nuestros pueblos y ciudades se puedan resolver problemas que los
ciudadanos demandan arreglar.
Ni Adolfo Suárez, ni
Leopoldo Calvo Sotelo, ni Felipe González, ni Aznar, ni Zapatero, ni
Rajoy han sabido pagar la deuda histórica con los ayuntamientos.
Buenas palabras, buenas intenciones, pero ninguno de los presidentes
de España ha promulgado una ley de financiación justa para los
ayuntamientos. Los ayuntamientos ya no pueden esperar mas. Los
ayuntamientos queremos cobrar la verdadera deuda histórica: “una
ley de financiación local justa”.
Asistimos estos días a
un nuevo debate para financiar mas y mejor a las comunidades
autónomas. ¡Gran peligro para los ayuntamientos este debate! Porque
cada vez que las comunidades autónomas reciben mas dinero, significa
que menos posibilidades tenemos de cobrar los ayuntamientos la deuda
histórica pendiente: una ley justa de financiación local. Todo
indica que Artur Mas finalmente conseguirá mas dinero para Cataluña
y para todas las comunidades autónomas a costa de seguir condenando
a los ayuntamientos.
De los alcaldes y
alcaldesas, concejales y concejalas, así como de los ciudadanos
depende que los ayuntamientos puedan saldar su deuda histórica. Es
el momento de decir basta y hasta aquí hemos llegado. Exijamos los
derechos de los vecinos de nuestros pueblos y ciudades a tener una
financiación justa.
Esta es una
reivindicación que no va contra nadie, pues como digo en párrafos
anteriores la deuda histórica con los ayuntamientos la han generado
todos los presidentes, y los dos grandes partidos, PSOE y PP.
Iniciemos una campaña que permita cambiar el rumbo de los últimos
34 años de olvido absoluto por parte del Estado hacia los
ayuntamientos.